UNO NO PODRÍA.
Se escribió sobre el escritorio...
Y uno no puede bastarse y pedirse clemencia,
echarse a la basura como cualquier mierda.
¡Eso no!
Tal vez uno podría echar a rodar la cabeza,
despojarse de las manos y los pies
para dejar de dar tantas vueltas.
Uno podría quitarse los labios
para cerrar la jeta.
Podría también silenciarse
y dejar de decir lo que primero se le cruce
por la testa.
Uno podría no pensar y ser un insomne extraño
sonámbulo siempre,
transeúnte de la nada
y muerto viviente.
Pero
¿y si uno escoge lo necesario?
¿Vivir a la luz de la pregunta en la mente,
seco y despojado de la necedad que es causa
de la costumbre y lo correspondiente?
Uno podría arrancarse y quebrarse,
degollarse si es preciso.
Lo que uno no podría es quemarse
cuando por dentro se es río, se es fuente.
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