SIETE PERPETUIDADES.
Se escribió sobre el escritorio...
Hay siete perpetuidades en mi esencia
En el rincón de mi oreja
se esconde la primera
Dulce olor marchito en el lóbulo que cuelga
el silencio y el sonido,
como péndola de lo que se recuerda
La segunda como estampilla
es un grabado en la azotea,
mis ojos dos estanques
con gotas siempre en sus vidrieras
La palma de mi mano
es la tercera:
manchada con tinta
y en el centro de su muñeca
un estambre de hilos
que urden con sangre las letras
Hay siete perpetuidades en mi esencia
La cuarta de ellas
se encuentra en la cabeza
Es cruel cuando emite ideas,
cuando alucina o cuando piensa
Le gusta sentirse libre
a pesar de que en mí, es presa
La derecha de mi pecho
envuelve la quinta perpetua
Una especie de baúl
carcomido en su existencia,
anida en un hondo resquicio
plagado de ramas, redes y puertas,
una caracola parece su vestíbulo
anticuario con viejas perlas
Hay siete perpetuidades en mi esencia
La sexta
¡Ay, la sexta!
¡La perforación en mi costado,
la válvula que me alimenta!
El aire que respiro,
fogonazo para no perder la pelea
El limbo de mi caída
es la séptima esencia
La boca por la que supura
la herida que no cierra,
la vertiente por la que desciende
el calvario de mi pena,
la ponzoña que adormece,
el bálsamo de mi anestesia
Hay siete perpetuidades
La octava es tu ausencia
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