LA NAVE.
Se escribió sobre el escritorio...
tan diametralmente vacío,
tan visceralmente cóncavo.
Y sucede que en el suelo hay maleza.
No puedes abandonar la barca que te hace presa.
La cama se ha transformado en una implacable
nave prisionera.
Y ya no quiero dormir
porque me siento como muerta.
Barajo el sueño
y sólo soy una esfera que se quiebra.
Me gusto muy buen poema que en cierta forma me identifica
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