No-me-espere

Se escribió sobre el escritorio...





No-me-espere.
Dígame que se fue por impaciente.
Que la banca del parque estaba fría
y que había mucha gente.
Que se le hacía pernicioso estar sentado
con la mirada ausente.

No-me-espere.
Váyase como si de pronto
se hubiera acordado de algo,
como si detrás de un olvido
se fueran corriendo sus labios,
su cuerpo, su todo,
su abrazo.

No-me-espere.
La prisa con la que camina
me causa vértigo y no puedo alcanzarlo,
así yo quisiera usted es cada vez más lejano
y mi paso se hace quedo,
y mi andar está cansado.

No-me-espere.
Sólo salga, cual si no hubiera entrado.
Despacio y sin ruido
váyase sin ser escuchado,
lo único que le pido es un testigo
para después poder buscarlo.

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